El refrán "del cerdo, hasta los andares" refleja una profunda sabiduría popular que honra la versatilidad y el valor de este animal. Desde el apreciado jamón y el lomo hasta los más modestos cortes como las orejas o el rabo, cada pieza tiene su lugar en nuestra tradición culinaria.
Acompáñanos a descubrir por qué "del cerdo, hasta los andares" es más que un dicho: es una celebración de lo auténtico y lo sabroso.
El lomo es una pieza magra ubicada a lo largo del espinazo. Es una carne tierna y versátil que se puede preparar fresca o curada (lomo embuchado). Es uno de los cortes más apreciados por su jugosidad y sabor.
Las costillas se encuentran a lo largo del lomo y son perfectas para asar o guisar.
La panceta es la parte del abdomen del cerdo y se caracteriza por su mezcla de carne y grasa. Se puede consumir tanto fresca como curada.
El tocino es la grasa subcutánea, muy utilizada cocinar y dar sabor a distintos platos.
El solomillo es un corte magro y tierno ubicado cerca del lomo, en la parte inferior del espinazo. Es una de las partes más sabrosas del cerdo, ideal para asados y platos gourmet.
Ubicado por detrás de la paleta y debajo del lomo, el secreto es una pieza muy veteada de grasa, lo que la hace extremadamente jugosa y sabrosa. Es muy apreciada para la parrilla.
La presa está situada entre el cabecero de lomo y la paleta. Es un corte jugoso, sabroso y muy tierno. Se suele preparar a la parrilla o al horno.
La pluma se encuentra en la parte final del lomo. Es un corte pequeño, muy jugoso y con un sabor intenso, perfecto para parrillas y planchas.
Se encuentra a lo largo del espinazo, por lo que tiene un extra de sabor gracias ya que está pegado al hueso.
Se encuentra entre la cabeza y el lomo. Se caracteriza por tener una carne muy jugosa y sabrosa debido a su equilibrada infiltración de grasa.
El jamón es la pata trasera del cerdo, se suele curar para obtener jamon serrano o jamón ibérico. Es una de las partes más apreciadas por su sabor, textura y contenido graso.
La paleta corresponde a la pata delantera del cerdo. Similar al jamón, pero con diferencias en sabor y textura debido a su tamaño y curación. Se suele utilizar también para curar.
Las carrilleras son las mejillas del cerdo, una carne muy gelatinosa y sabrosa, ideal para guisos y estofados largos, donde se consigue una textura melosa y suave.
Las manitas son las patas del cerdo y contienen una gran cantidad de gelatina. Son ideales para guisos y platos de cocción lenta, aportando una textura especial y rica.
Las orejas se suelen consumir cocidas o fritas. Son crujientes y gelatinosas, populares en tapas y platos tradicionales.
El rabo es otra pieza muy gelatinosa, ideal para estofados y guisos, aportando una textura y sabor profundo a las preparaciones.
Los órganos internos, como el hígado, los riñones, también se aprovechan. Se utilizan en una variedad de platos, como embutidos (morcilla) y guisos.
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